Addictware | Noticias de Tecnología - El futuro de los parques de diversiones: más emoción y seguridad gracias a la tecnología

Si bien es casi imposible conocer a la perfección cuál será el siguiente paso para las atracciones de los parques de diversiones, es casi seguro que la simulación y optimización serán más necesarias, porque los avances tecnológicos, y la exigencia de públicos más joven, reducirá en un amplio espectro el tiempo que podría destinarse al desarrollo de cualquier atracción. 

Logo AltairNo cabe duda que en cuestiones de diversión, los mexicanos saben cómo hacerlo, y por ello los parques de diversiones se ha convertido en una de las mayores atracciones más visitadas. Tan sólo en el 2016 se hicieron más de 2 millones 400 mil visitas al parque más famoso de la Ciudad de México, ubicado en el Ajusco, de acuerdo a la investigación realizada por Themed Entertainment Association.

Recientemente, diversos parques en el país y la ciudad han abierto diversas atracciones, ya que cada vez las personas buscan mayores sensaciones y experiencias, por lo que los ingenieros y diseñadores deben tomar más en cuenta las diversas formas de incrementar la experiencia de los usuarios.

Y sí, hacer una montaña rusa con todas estas características es todo un reto, porque el tiempo corre en contra. Una montaña rusa normal puede tardar poco más de un año en estar lista, entre el proceso de creación, diseño, investigación, construcción y prueba.

Los principales pasos en la creación de cualquier producto es el diseño, la validación a través de la simulación y la construcción. Por ejemplo en el diseño y desarrollo de juegos mecánicos, nosotros en Altair utilizamos la solución “MotionSolve”, para diseñar y evaluar nuevos y mejores sistemas de atracciones, como montañas rusas, al simular efectos reales, como velocidades, aceleraciones, fuerzas G o movimientos de cambio rápido en un paseo tipo carrusel.

La gente espera una experiencia segura pero que también exceda la imaginación. MotionSolve permite analizar y optimizar virtualmente el rendimiento de la conducción y generar información para estudios precisos de confiabilidad.

Regresando a la exigencia del tiempo, en el que un parque de diversiones no puede tardar tanto en abrir una atracción, es importante considerar cuáles serían las propiedades que debería tener una montaña rusa para ser del gusto del público y ser totalmente excepcional.

Romper la cuarta pared. Sin duda alguna, las montañas rusas del futuro deberán deleitar más que un sólo sentido. Es decir, deberán incluir música, sonidos, aromas gráficos y demás peculiaridades que brinden sensaciones al público.

Realidad virtual. Definitivamente no puede quedar fuera la simulación virtual, en donde las gafas de realidad virtual, desarrolladas por diversas empresas tecnológicas, ofrecen la solución para crear un ambiente total, en el que la mente de aquel que viaja en una montaña rusa, se combina con las sensaciones de la misma.

Mayores estructuras. Por otro lado, la mayoría del público que es asiduo de estas atracciones, desea encontrar una montaña rusa con mayores recorridos, más velocidad y vueltas, además de mejores caídas. Por lo que los avances en la ingeniería ayudarían mucho a la resolución de este requerimiento.

Si bien un gran inconveniente podría ser la cuestión del tiempo, es claro que con la simulación, el tiempo se convierte sólo en un elemento, esto debido a que en cuanto los diseñadores tengan hecho el diseño de la montaña rusa, se podría simular y optimizar desde la aceleración y velocidad hasta la estructura en cuestión de semanas, por lo que la fase de construcción sería mucho más rápida, e inclusive se podría conocer desde un principio, gracias a la simulación, los materiales que podrían utilizarse y su resistencia, por lo que se ahorrar tiempo y dinero en el desarrollo de una atracción.

Si bien es casi imposible conocer a la perfección cuál podría ser el siguiente paso para las atracciones de los parques de diversiones, es casi seguro que la simulación y optimización serán cada día más necesarias, ya que los avances tecnológicos, así como la exigencia de públicos cada vez más joven, reducirá en un amplio espectro el tiempo que podría destinarse al desarrollo de cualquier atracción.